domingo, 14 de junio de 2015

"Cuando  el Lobo llega a tú vida."
Hace poco más de un mes llegó a mi vida la peor de las noticias que podía esperar. Llevaba meses enferma sin saber que le pasaba a mi cuerpo; por momentos llegué a pensar que todo era producto de mi mente.
Pero llega un día que tras unos análisis te dicen que algo no va bien...que estás enferma y que tienes Lupus...no sabía ni que era eso! Jamás lo había escuchado...
Cuando empiezas a investigar y los médicos te explican por qué estás allí, el mundo se te viene encima cuando escuchas que estarás enferma el resto de tus días, tendrás fuertes dolores y no sé cuántas cosas más...y por supuesto tu vida a partir de este instante cambia por completo.
La tristeza se convierte en una constante acompañando del miedo...más y más pruebas que se hacen eternas esperando resultados..sin saber qué más me pasará.
Este fin de semana como el lobo me dio un respiro conseguí bajar a mi paraíso..donde he vivido de los momentos más bellos e inolvidables de mi vida. Sabía que me costaría una recaída y estar ahora en cama sólo con fuerzas para escribir estas líneas.
He disfrutado de la brisa del mar, del olor a sal y de una compañía que no quiera que se marchase nunca pues no sé cuándo ni si podré volver a compartir esos bellos momentos. Ya la enfermedad me separó de ti..y yo creo que por eso siempre sueño como te vas.
Pero al final de todo...y aunque ahora el dolor me impida andar...doy gracias a la vida por dejarme disfrutar de lo que más me gusta.
Mientras hay vida..hay esperanza y el Lupus esta en mi cuerpo pero no en mi alma.
Fdo. Rubi.
Esta carta es para el hombre que no supo amarme.

El amor nunca podrá ser una emoción pasiva ni unilateral.

Supongo que cuando nos enfrentamos a una ruptura amorosa lo primero que hacemos es buscar culpables. En este caso, y para no dejar de lado esta importante tradición, me gustaría culpar a mi propia inocencia por haberme enamorado de ti de la forma que lo hice. La verdad es que nunca imaginé que un sentimiento de esta intensidad se desarrollaría en mi interior. Fue casi como ver crecer a una pequeña planta, lentamente, cuadro a cuadro y pronto verse enfrentado a que esta pequeña se había convertido en un árbol.
A pesar de la lentitud, no fui capaz de comprender los signos de advertencia que se daban a mi alrededor. 
Lentamente comencé a ahogarme en la profundidad de tu mirada y tus silencios me ponían cada vez más ansiosa. 
Supongo que fue esto lo que me hirió más: la falta de palabras junto a las expectativas y sueños que lentamente fui tejiendo entre mis manos.

Me hirió que a pesar de que podía sentir la verdad en mi cuerpo y hasta en el frío que sentía en los huesos nunca fuiste capaz de decírmelo. Con nosotros no hubo despedidas ni palabras desgarradoras, tú simplemente te desvaneciste, como si repentinamente hubieses tenido la habilidad de hacerte uno con el aire que respiraba.

Nunca admitiste la real razón y es por eso que muchas noches sigo especulando si es que la culpa habrá sido mía. Hoy, y mientras escribo esto, he decidido que si alguien será culpable ese serás tú con tu falta de madurez y tu incapacidad de decir las cosas por su nombre. Tu silencio fue una constante casi desde el principio y las únicas veces en las que nos conectábamos era cuando decidías que tenías, finalmente, ganas de besarme.

Nunca llegué a ver más de ti que eso. Creo que estaba siempre a la espera de ese momento en el que finalmente te quitarías la máscara y me revelarías a tu verdadero yo. Imaginaba que ese sería el momento en el que nos daríamos cuenta que éramos el uno para el otro porque yo sería la única capaz de comprenderte y ayudarte. Fui ilusa e ingenua.
Cada noche el alma de un hombre me abraza en mis sueños, abrazos que salen del alma y que sentí junto a ti. Hoy he sentido que algo se quebrada dentro de mi alma, necesitaba tanto la realidad de ese abrazo,que ha sido tan frío, saltaron mis lágrimas sin tu apenas percibirlo y mi alma se rompió en mil pedazos. En ese momento quería decirte cuanto te necesito, que no quiero pasar sola esta enfermedad, esta vida... y que te quiero a mí lado,pero tenía tanto miedo a tú reacción que sólo te dije que te echaba de menos...pero tu reacción fue letal.

Sé que el hombre a quien le escribo esta carta nunca la leerá. O quizás sí, ya no puedo asegurar nada. Independiente de lo que suceda, espero que puedas sacar una lección de esta vivencia de la misma forma que lo hice yo. 
Todo lo que sentí y te dije a pesar de mis errores fue verdad, salió de mí corazón. No me arrepiento de nada.
A veces el mayor acto de amor hacia una una persona es desaparecer de su vida.
Pues es de todas las opciones la más correcta, pero te aseguro que la más dolorosa y la menos deseada.
Siempre tuya.
Rubi.





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sábado, 25 de abril de 2015

Te llevaste todo mi ser sin ningún  permiso. No supiste entender que cada vez que te veía me hacías más  daño, que mis ojos tras tu ausencia se llenaban de lágrimas y mi solo corazón se adentraba en la tristeza.
Si no sabías  ni querías amar...por qué me enamoraste???; tú  te aprovecharte de mis caricias y yo no tenía fuerzas para negar las.
Me pudo la razón, entierro las voces y gritos de mi alma que pronuncian a cada segundo las letras de tú nombre.
Fueron tantos los días  que desperté  pensando que serías  mio...que desperté  intentando olvidar el brillo de tu mirada en mi..de tus ojos verde oliva...
Quiero no volver a recordar tu olor, el tacto de tú piel...quiero olvidar cuando respiraba el aire de tu besos.
Intento olvidar el momento en que te dejé  volver a tu submundo sin sentir más el dolor de tu ausencia
Volveré a caminar en alguna apartada orilla de ti...una que sólo sea mía...donde no puedas verme...donde no sienta tu presencia...donde sólo esté yo.
El olvido está lleno de memoria, decía  Mario Benedetti. Un olvido y una memoria llenos ambos de bellos momentos a la orilla de ese mar muerto. En en silencio de sus olas susurraba a aquellos amaneceres mi más oscuro secreto. Un amor desde el principio prohibido, truncado por la desconfianza y el mal hacer de ambos...me sentí pérdida  en mi pasado pues, en tus heridas palabras, con ellas asomaban los fantasmas del dolor no curado, de unas heridas tan sólo tapadas por mi miedo...opté por huir a ese fondo oscuro de mi alma donde nadie podía hacerme daño...para esperar como antaño que aquella tormenta de tus celos desbocados se calmará como el mar que nos separaba aquel triste  verano.
Crecieron en mi corazón sentimientos que creí  había olvidado..te soñé y amé  en la distancia y desde el silencio..con la sola esperanza de verte algún día sólo  junto a mí.
Pero la enfermedad llego a mi vida y medejaste sola.. te echaba tanto de menos...
Nunca llegó esa visita a  aquel frío hospital...ni un abrazo al llegar a mi casa...ni tan siquiera un te quiero.
Me gustaría  saber si fui algo más que un momento en tú  vida...pues tú  si lo fuiste en la mía.
Fue tanto lo que supuso ese amor que ante tanto dolor...tanta ausencia...reproche y celos...me hizo huir hacia el camino más  sencillo.
Un camino que él me llenaba de rosas...siempre sin espinas pues no quería  volver a secar las lágrimas que derrame por su rival.
Habría bastado un solo gesto de puro amor para tenerme incondicionalmente a tú lado...siempre sin condiciones, desde la libertad y la confianza.
Me faltó  una caricia...
Me faltó un "no te marches"...
Me faltó  confía  en mí que lo haré....
Me faltó un Te quiero...

Quizás no sea otra vez nuestro momento en esta vida...  
Aún así seguiré susurrando a la orilla de otro mar todos mis te quiero...mis sueños no cumplidos y lágrimas en silencio a aquella playa de ensueño.